El historiador Pablo Camogli se embarca en la Asamblea del Año XIII,
aquel hecho revolucionario que buscó declarar la independencia y
sancionar una constitución, pero que fue poco estudiado por la agenda
historiográfica porque, explica su autor, "nos obliga a repensar muchas
cosas que han sido contadas de otra manera".
"Constitución e independencia fueron objetivos para los que fue
convocada la Asamblea y ninguno de los dos se cumplió", adelanta Camogli
en diálogo con Télam, aunque rápido advierte que eso no quita su
importancia: "Los logros tienen más que ver con cuestiones secundarias".
La impronta de la Asamblea, recuperada por este libro (Aguilar), es
significativa -por primera vez este año se declaró feriado el 31 de
enero, primera sesión del emergente poder- porque "es un programa de
gobierno al que siempre volvemos. El día que nos organicemos como país
nuestro horizonte va a ser muy parecido al que pensaron esos hombres,
aggionardo a los tiempos actuales".
Para Camogli, misionero de paso por Buenos Aires, ese plan ideado
por el naciente congreso era completamente "revolucionario" puesto que
incluía a los sectores marginados, de ahí que su sigilo en la agenda
historiográfica -como "efemérides", acusa- esté ligado con "la
construcción de un relato histórico con una intencionalidad política, un
discurso a la medida de lo que fueron las clases dominantes".
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