El 31 de enero de 1813 quedó
instalada la Asamblea cumpliéndose con lo dispuesto en octubre de 1812
dónde se obligaba a dar comienzo con las
sesiones del presente órgano con los diferentes
representantes de las provincias del Río de la Plata, cuya convocatoria
se realizó en el edificio del Consulado de Comercio de Buenos Aires.
Allí, no sólo prestaron juramentación los integrantes de gobierno de la
Asamblea, sino también de las jerarquías eclesiásticas, los empleados
civiles y militares y los tribunales. También debían prestar
juramentación los ejércitos patriotas, haciéndolo en este caso Manuel
Belgrano a orillas del Río Juramento (Río Salado) y José Rondeau en el
sitio de Montevideo[6] en abril del mismo año[7]. Juan Manuel Beruti, en su libro Memorias curiosas, por lo antes expuesto comenta:
“El 31 de enero de 1813. Se
abrió la Asamblea de las Provincias Unidas del Río de la Plata; la
solemnidad de su instalación y el regocijo público descubría el deseo
con que aguardaban este día feliz.Una de las particularidades de la Asamblea fue haber excluido la fórmula de juramentación al rey Fernando VII[9]
y las leyes emanadas de ella (e inspiradas en los voceros de la
Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro representada particularmente en
la figuras de Bernardo de Monteagudo y Pedro José Agrelo), que marcaron
el momento más intransigente de su acción[10].
Entre ellas, se encuentran un conjunto de medidas que marcaron el
inicio de verdaderos cambios políticos-jurídicos, económicos y sociales
en la vida de una naciente sociedad posrevolucionaria que todavía hundía
sus raíces en las estructuras de un orden colonial que lo había
precedido por siglos pero que no dejaban de ser trascendentes en el
ámbito rioplatense.
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