martes, 2 de julio de 2013

SEGUNDO TRIUNVIRATO, cuando la revolución se aceleró.

Antonio Alvarez Jonte 
Antonio Alvarez JontePromediando 1812, el desprestigio del Primer Triunvirato era público. La Logia Lautaro y la Sociedad Patriótica encabezaban una activa oposición al marcado centralismo del gobierno porteño, el que a su vez demoraba de manera muy manifiesta la convocatoria a un Congreso Nacional que eligiera forma de gobierno y declarara la independencia. A este cuadro político, debe sumársele la grave situación en la que se encontraba el ejército del Norte, con su comandante en jefe –Manuel Belgrano- al que se le ordena un repliegue de tropas sin presentar batalla.Según el Estatuto Provisional, en octubre debía realizarse la elección del sucesor de Sarratea, cuyo mandato en el Triunvirato cesaba. El candidato propiciado por la Logia Lautaro era Bernardo Monteagudo, un adversario acérrimo de Rivadavia. Al ser elegido, fue inhabilitado por causas poco claras. La maniobra era clara, pero ahora se multiplicaban los reclamos al gobierno. Ante el curso de los acontecimientos, en el amanecer del 8 de octubre, tropas del regimiento de Granaderos a Caballo se presentaron el la Plaza de la Victoria. Bajo las órdenes de San Martín, con el 2º regimiento al mando de Ortíz de Ocampo y con un nutrido grupo de personas. ¿El reclamo? Suspensión de la Asamblea y cese del gobierno.

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